40 días después de su resurrección los apóstoles vieron a Jesús ascender al cielo mientras los enviaba a predicar y bautizar por todo el mundo y les prometía estar siempre junto a ellos (Hch 1, 9-12). Esta promesa se cumpliría 10 días después, en Pentecostés, cuando los apóstoles y María recibirían el Espíritu Santo (Hch 2,1-13). Este regalo es la manera en la que Dios está presente hoy entre nosotros. Es un tema complicado de entender. Os dejo unos vídeos que nos ayuden a comprender mejor esta presencia.
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